De todo lo expuesto anteriormente podemos llegar a deducir que la psicología aplicada contra el dolor puede ser efectiva. Y, de hecho lo es como así se ha demostrado en diferentes estudios realizados en pacientes a los que que les suministraban medicamentos placebo.
Como la inmensa mayoria de las sensaciones, el dolor es subjetivo, y ante una misma intensidad, la reacción de los afectados puede ser totalmente distinta. Es un síntoma extremadamente difícil de valorar desde un punto de vista clínico, dada su subjetividad. Factores físicos, sociales, económicos, cognitivos y emocionales pueden hacer cambiar la percepción en una misma persona en etapas diferentes de su existencia.